‘En la era de las APPs, lo importante siguen siendo las ideas y las estrategias de ciudad’, dice Lores en el MobLab de Oporto

‘Grazas polo seu exemplo, porque aquí estúdase moito e decídese pouco’. Esta foi a frase que serviu a un aisistente para mostrar o seu agradecemento ao alcalde Miguel Anxo Fernández Lores polo exemplo que está a dar Pontevedra para outros municipios acometendo os importantes avances en mobilidade que a convertiron nun exemplo cada vez máis demandado. O alcalde participou no MobLab do Porto, unha das citas sobre mobilidade máis importantes de Portugal, un grupo de discusión no que toman parte urbanistas, enxeñeiros, arquitectos e deseñadores de todo o país.

Lores basó su intervención en la imposibilidad de mejorar el tráfico a motor en las ciudades: “Cuanto más quieres mejorarlo, cuantos más estudios haces, más confirmas que las mejoras son inútiles, porque para cualquier ampliación del espacio destinado a los coches, siempre hay muchísimos más coches para ocuparlo”, explicando así que la demanda de espacio siempre es superior a la escasa oferta que pueden ofrecer las ciudades.

Habló también del derecho a aparcar en el espacio público: “cuando compras un coche no estás comprando los metros cuadrados que precisas para dejarlo en la calle, pues la calle es de todos, y el coche particular acaba privatizándola”.

El congreso, que estaba centrado en el análisis de las nuevas tecnologías y su influencia en la movilidad, dio una vuelta de 360 grados cuando el alcalde dijo que “por mucha tecnología que haya, por muchas aplicaciones que tengamos, lo importante es tener una visión estratégica de la ciudad: primero tiene que haber ideas y después aplicaciones tecnológicas aplicadas con sentidiño y cuando hacen falta, porque de nada sirve tener mucha tecnología si después los niños y niñas no tienen donde jugar. Lo importante es transformar la ciudad e incrementar la calidad de su espacio público, no tanto llenarnos de aparatos que profundicen en nuestras incoherencias”.

El alcalde de Pontevedra se fijó por último en los resultados del cambio de paradigma urbano con un dato contundente: antes la relación era de 70% del espacio público para los coches, y hoy es del 75% para peones y movilidad natural.

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