Foto: Facilitada por el autor del artículo
Hace ya un tiempo y durante un verano que estuve en el camping de Aldán, conocí uno de esos lugares dignos de visitar y un tanto escondidos que existen en nuestra Galicia. Se encuentra en el mencionado pueblo de Aldan (Cangas de Morrazo) y se trata del conocido como “bosque encantado”.
Situado en el kilómetro 109 de la PO-315 dirección Cangas-Bueu, circulando por esta carretera verás la finca del Pazo-Torre de Aldán, que se localiza justo enfrente de la entrada al referido bosque.
En la Torre de Aldán, de propiedad privada, residió hasta su muerte el año pasado Fuencisla Roca de Togores, viuda del Conde de Canalejas, fallecido en 1989.
La finca de O Frendoal, que es como se le conoce, es un lugar ideal para pasar un día en plena naturaleza, y de paso descubrir piezas arquitectónicas únicas, caminando por este lugar mágico que te hace regresar a épocas ya pasadas.
Este bosque se caracteriza por ser una zona muy verde, en la que los rayos del sol se cuelan entre las copas de los árboles haciéndote sentir que realmente te encuentras en un bosque encantado.
Este espacio natural fue donado por los descendientes del conde de Canalejas, propietarios del pazo y terrenos de la “casa Torre de Aldán”, después de que hace varios años dichos terrenos quedasen divididos en dos con la construcción de la carretera PO-315. Dicho pazo tenía una enorme finca que era usada por sus familiares, amigos y por los propios condes para la caza y otras actividades de ocio y recreo.
Si nos adentramos en el bosque y siguiendo por el sendero, al poco nos encontramos con un pequeño castillo, rodeado este por un foso con puente levadizo y que emerge entre la vegetación y es el verdadero culpable de que el bosque O Frendoal cuente con este halo mágico. La pena es que el mismo se encuentre en estado de abandono.
