Foto©Porgaliciabaixo
El Monte del Facho ( Hío, Cangas del Morrazo – Pontevedra) es muy conocido por sus espectaculares vistas, por sus excavaciones, su castro, y por la existencia de un santuario galaicorromano. En los últimos tiempos se dieron novedades sobre este tema, de la mano del arqueólogo José Suárez.
Su trabajo nos habla de la secuencia cultural de esta excavación, comenzando según argumenta en la época del Bronce, asentándose luego una población en el castro; el episodio de la época galaicorromana tardía entre los siglos III ó V, y finalmente este monte fue utilizado como enclave de vigilancia costera por la Corona Española entre los siglos XVII y XIX. De este último vestigio, nos queda la garita que podemos ver en perfecto estado en lo alto del monte.
En la época galaicorromana, se construyó sobre las ruinas del castro (de unos trescientos años antes), un conjunto de altares dedicados al dios Berobreo, se cree que la gente de la época le pedía por la salud.
José Suárez lleva a cabo varias excavaciones en diferentes campañas, encontrándose en los restos “anomalías”, que no se correspondían con los que se hallan normalmente en un castro.
Así fue como en la zona del castro, se toparon con estructuras circulares, típicas de estas construcciones, pero con algo atípico, estaban compartimentadas en su interior, sin nada que indicase su uso y sin que existiese ningún tipo de hogar, sólo encontraron en una ocasión un horno o chimenea a la que no le encontraron explicación, sin lumbre y asociada, gravada en ella la imagen de una serpiente.
Aparecieron en esa misma zona más representaciones de animales, como la figura de los “Amarradoiros”, conocidos en la cultura castrexa. Piedras con la finalidad de atar animales; pero curiosamente estas figuras según explica José Suárez, no pudieron servir para atar a los animales, ya que estarían situadas en la parte superior de las casas; y además estas últimas se encuentran muy cercanas o pegadas unas a otras, con lo cual sería inviable para el paso de los animales.
La conclusión de José Suárez, es que estas estructuras son pequeños templos dedicados a dioses que tienen que ver con los animales, asociados a jabalíes y carneros, típicos de la cultura castrexa. Piensa que todo el castro en sí esta dedicado al culto:
→En la zona más baja las estructuras son mayores para acoger otro tipo de ritos, y a grupos de gente, para banquetes rituales etc.
→En la parte superior las construcciones dedicadas a deidades concretas.
→En la cumbre es llamativa la ausencia de materiales de la época castrexa.
Así se podría discurrir que los castros que aparentemente parecen lugares en los que vivía la gente, podrían ser lugares al modo de santuarios para comunicarse con los dioses.
La importancia del estudio de José Suárez radica en el cambio de óptica a la hora del estudio de los castros:
“Lévase especulando desde hai tempo no mundo da Galia con posiblidade da existencia da OPPIDA (cidades fortificadas) santuario, pero nunca se definiron…
Vai permitir reinterpretar castros escarvados hai trinta ou carenta anos, que de aquela xa tiñan anomalías pero como estaban mesturadas no espazo doméstico ficaban apartadas. Isto vai permitir tamén saber no futuro, cando vas traballar, onde te moves, se nun castro convencional ou noutro dedicado ao culto, ou vas poder indentificar as zonas de culto nos castros”
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Publicado 5 Marzo, 2016