San Martín Dumiense; el Apóstol de los suevos (de Gallaecia)

Foto: Estatua de Martiño de Dumio en Braga, Portugal/ Wikipedia

En aquella época había diferentes corrientes evangelizadora dentro del cristianismo, que convivían con paganos, dentro del cristianismo los había que eran partidarios del arrianismo, otros gallegos ya romanizados seguían la teoría de Prisciliano. Y en esto llegó a Galicia San Martín Dumiense, y este San Martín está ligado al de “Tours” por la figura del rey Carriarico.

Según la narración de del historiador de la Iglesia Gregorio de Tours (538-594),  Carriarico (rey de Galicia entre los años 550 e 559);  tenía un hijo que sufría lepra, y enterándose de la fama “milagrera” de San Martín de Tours – evangelizador en Francia que compartió su manto con un mendigo – ; envió una comitiva con presentes y tesoros al sepulcro del santo y además construyó una iglesia en Ourense en alabanza a él, la que luego sería la catedral y única en España dedicada a San Martín de Tours. San Martiño como se le llama cariñosamente en Ourense (patrón de la ciudad)

Pero su hijo seguía sin sanar, entonces preguntó qué diferencia había entre la religión suya y la del santo, ya que él había actuado con gran devoción. Se lo explicaron y entonces comprendió y abandonó el arrianismo para hacerse católico, sanando así a su hijo.

Foto©Porgaliciabaixo. Catedral de Ouernse

Y ahora es cuando enlazamos con San Martín Dumiense, que llegó gracias a los enviados de Carriarico. El sobrenombre de “Dumiense” Le viene por la sede de Dumio el Monasterio en Braga. Evangelizó totalmente Galicia y hasta consiguió la conversión de la familia real.

Miembro de una importante familia romana de la antigua provincia de Panonia (actual Hungría). Ingresa pronto en el clero y muy joven se traslada a Palestina a visitar los Santos Lugares. Allí reside durante varios años y entra en contacto con el floreciente movimiento monástico que se desarrolla en las montañas de Judea.

Sin conocerse exactamente la razón, tal vez por tratarse Gallaecia de un reino cristiano independiente de Roma pero fuera del catolicismo, decide trasladarse al Reino de los suevos – al que en principio se refiere como Finis Terrae-, cuya clase dirigente era en gran parte arriana. En su viaje pasa algún tiempo en las Galias y llega a la Gallaecia en torno al 550. Entonces la antigua ciudad romana de Bracara Augusta (la actual Braga, en Portugal), capital de la provincia romana de Gallaecia, pasa a convertirse en la capital del reino suevo.

Allí trabaja varios años como presbítero y como monje. Funda un monasterio en Dumio,​ cercano a Bracara Augusta, la capital del Reino, junto a la iglesia que, tras su conversión al catolicismo, el rey suevo Carriarico había dedicado a san Martín de Tours. Pronto el monasterio de Dumio se convierte en el principal centro de difusión de cultura y espiritualidad cristiana de origen oriental en el norte de la Península Ibérica, ya que sus monjes tenían encomendada la copia de códices, muchos posiblemente traídos por el mismo san Martín de Oriente.

Poco tiempo después, Lucrecio, arzobispo de Braga, crea la diócesis de Dumio en torno al recién creado monasterio, y consagra a Martín como su primer obispo en torno a 556. La influencia de Martín ante la corte sueva es muy grande y logra que el rey Teodomiro abjure del arrianismo y se bautice católico en 560, atrayendo con él a la mayor parte del reino suevo.

Reorganizó la Iglesia Gallega, fue crucial en  la organización de los concilios de Braga  y Lugo. Escribió un tratado titulado “De Correctione Rusticorum”, en el mismo  recoge lo que él ve como supersticiones de Galicia de origen celta mezcladas con ideas y reminiscencias priscilianas.

Contribuyó a la vertebración del territorio con la estructura parroquial reflejada en el  Parochiale  suevorum. La  desconcentración de funciones combinada con una estructura jerárquica de poder que converge en los obispados da estabilidad y prosperidad al conjunto del  Galliciense  Regnum.

No existía un obispo similar al obispo San Martín en su época, evangelizador, obispo, escritor y reorganizador de la nación sueva de Galicia, dando gran prestigio a la sede de Braga y a Galicia, todo ello sin moverse del Monasterio de Dumio que fundó y en el que murió.

Fue sepultado en la basílica de San Martiño de  Dume. Para sí mismo había compuesto el siguiente epitafio:

Nacido en  Panonia, atravesando bastos mares,  impelido por señales divinas para el seno de Galicia, sagrado obispo en esta tu iglesia, oh  Martiño  confesor, en ella  instituyó el culto y la celebración de la misa. Teniéndote  en lo sucesivo, oh  patrono, yo, tu siervo  Martiño, igual en nombre que no en mérito, reposo ahora aquí en la paz de Cristo.

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