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El Camino o ruta jacobea desde Portugal, muy posiblemente ya era un hecho en la época alta medieval, ahora bien, es a partir de la independencia del territorio luso en el siglo XII cuando comienza a tonarse más vigorosa.
Estas diferentes sendas del camino, son al fin y al cabo, sucesoras y continuadoras de aquellas vías romanas que recorrían la Gallaecia de la época del Imperio Romano, la conocida como Vía XIX, mandada construir por el emperador romano Caracalla (1)
El pueblo portugués siempre participó intensamente de esta ruta, que también fue apoyada por su nobleza y sus monarcas, al igual que por los clérigos, venidos desde lugares como Lisboa, Coimbra, Santarem, Braga, Porto o Chaves entre otros, alcanzaban la meta de Compostela. Y aunque en un principio las causas fueran religiosas, lo cierto, es que este flujo de peregrinos, constituyó un importante trueque cultural y económico entre Galicia y Portugal.
Esta ruta jacobea entra por las riberas del rio Miño, haciendo un recorrido por puentes, villas, pazos, por iglesias y capillas, cruceiros y petos de ánimas en los cruces de caminos, por casas solariegas y poblaciones históricas, empezando por su entrada en tierras gallegas, en la histórica y monumental Tui. En definitiva, este camino nos irá revelando su paisaje, historia e arquitectura.
Una vez adentrados en el camino en Galicia, en su reposado ascenso hacia el norte, cruzarás caminos centenarios, entre bosques, villas, aldeas, tierras de labranza, pero también, discurrirás por ciudades históricas, atravesarás numerosos y variados ríos y arroyos por puentes, en muchas ocasiones de origen romano y medieval, y en otros casos por modernas construcciones. En algunas ocasiones el moderno trazado de las carreteras se superponen sobre los antiguos caminos, teniendo el peregrino que hacer algún tramo del recorrido por los arcenes de las carreteras, aún siendo molesto, no deja de ser una contrariedad pasajera, circunstancial y puntual.
En estas iglesias, capillas y demás construcciones de tipo religioso, encontraremos claras referencias a Santiago Apóstol, que irán acompañando y, al mismo tiempo, aproximando poco a poco al peregrino, al final de su objetivo: Compostela.
Como ocurre en la ciudad de Pontevedra, tan vinculada a la peregrinación y al camino, que la patrona de la provincia es la Virgen de la Peregrina, contando con una hermosa iglesia en el corazón de la capital de las Rías Baixas.
Tampoco podemos olvidar a las gentes que viven en estas tierras, y su hospitalidad ya legendaria. Partimos de la época en la Edad Media en las que existían hospitales de peregrinos fundados por los nobles y clérigos de la época, hoy convertidos en los modernos albergues de peregrinos. Esta tradición de hospitalidad sigue vigente.
Este Camino Portugués detenta pues, una fortaleza cultural, histórica, patrimonial, natural y ecológica extraordinaria.
En otra ocasión hablaremos de las diferentes etapas:
Tui – Redondela, Redondela – Pontevedra, Pontevedra – Padrón, Padrón – Santiago de Compostela.
(1) Caracalla, nacido como Lucio Septimio Basiano (Lucius Septimius Bassianus; Lugdunum, actual Lyon, 188-inmediaciones de Edesa, 217), fue un emperador romano (211-217) de la dinastía de los Severos, con el nombre oficial de Marco Aurelio Severo Antonino Augusto (Marcus Aurelius Severus Antoninus Augustus). El sobrenombre de «Caracalla» hace referencia a una capa larga de origen galo cuyo uso introdujo en Roma; aunque dicho sobrenombre nunca se utilizó oficialmente, es por el que se le conoce en toda la historiografía.