La isla Guidoiro Areoso …” la isla de las Mámoas” Parte 2 (Ría Arousa – Pontevedra)

El espacio que hoy es el islote de O Areoso no se usó en la prehistoria sólo como lugar funerario. Diferentes grupos humanos lo frecuentaron, al menos, desde el Neolítico Final hasta momentos avanzados de la Edad del Bronce. En todas las playas de la zona sur aparecen abundantes restos arqueológicos esparcidos por la superficie, puestos al descubierto por la acción de las mareas. Son fundamentalmente fragmentos de recipientes de cerámica, pero también huesos de animales y conchas, es decir, restos de comida.

Además, J. M. Rey constató en su excavación que sobre la mámoa 2, una vez abandonada y después de que estuviera ya parcialmente oculta por la arena de playa, se instaló un asentamiento datado entre lo 2225 y el 1950 a. C. En él recogió abundantes recipientes cerámicos, entre ellos algunos del tipo campaniforme, que varían en forma, calidad y capacidad con respeto a los de la fase anterior. Varios cacharros tienen restos de hollín y quemado en su superficie, prueba de que se pusieron al fuego, por lo que seguramente estamos ante un poblado o campamento episódico. También aparecieron dos punzones metálicos, en bronce, un punzón de hueso e instrumentos hechos en piedra pulimentada y tallada.
Pero lo más interesante de la excavación fue que se recuperaron abundantes restos de comida, huesos y conchas, que no es habitual conservar en Galicia para épocas tan antiguas por la acidez del suelo, pero que el medio marino de Guidoiro Areoso ayudó a preservar. Aquellas gentes comían ganado vacuno, ovejas/cabras (estas dos especies son muy difíciles de diferenciar a partir únicamente de sus huesos) y cerdos. En cuanto a los mariscos, las especies consumidas eran la ostra, el mejillón y la lapa, que seguro recogían en los arenales y roquedos próximos.
Además, durante la Edad del Bronce también parece que se realizaron enterramientos en el islote. A parte de que alguna de las mámoas podía seguir en uso, se han localizado dos pequeñas cistas, cajas hechas con losas de piedra que son utilizadas como sepulcro. Originalmente estarían sepultadas bajo el terreno, como las tumbas de los camposantos de las iglesias.

LAS MÁMOAS

Mámoa 1

Excavada por José Manuel Rey García, tiene un túmulo de sólo 5,80 m de diámetro, muy bajo en altura, recubierto por una capa de piedras pequeñas (coraza). Aproximadamente en el centro se sitúa una cámara funeraria de planta poligonal, de 1,10 m de ancho. Seguramente estaba formada por seis losas, de las que sólo tres, de granito, permanecen en su posición original. En su interior no se encontraron hallazgos de interés. La erosión del mar ha hecho desaparecer casi la mitad del túmulo, y eso a pesar de que hoy día está un poco apartado de la zona intermareal.

Mámoa 2

Se localizó también en las excavaciones de José Manuel Rey García en medio de la playa sur del islote, sepultada bajo más de dos metros de arena.Es un extraño monumento de sólo 7 m de diámetro formado por un pequeño túmulo recubierto también de coraza pétrea, con las piedras de la periferia de mayores dimensiones. En su centro una veintena de pequeñas losas de granito formaban una cámara sepulcral de planta levemente oblonga (1,73 x 1,50 m), que seguramente se cubría con materiales perecederos.

La cámara parecía haber sido vaciada en época prehistórica y su contenido esparcido por la periferia del monumento. Este ajuar estaba formado por varios vasos de cerámica, algunos con una decoración incisa que los arqueólogos denominan Penha, datada en la primera mitad del III milenio a. C.

Mámoa 3

Descubierta por la erosión de los últimos años, en 2014 ya se aprecian cinco losas de granito clavadas en la arena formando una estructura aproximadamente circular de más de un metro de diámetro. Se trata de la cámara funeraria, al este de la cual, donde la marea sigue erosionando la playa, una serie de cantos indican la presencia de la coraza del túmulo que la rodea. Este pequeño dolmen está situado al lado de la mámoa 2, a solo 4,50 m del borde de la excavación realizada en los años 80 del siglo XX, pero no fue conocido hasta fechas recientes, lo que da idea de la cantidad de arena que ha desaparecido en los últimos años.

Mámoa 4

Este monumento ya fue documentado por J. M. Rey en sus trabajos en la isla, pero no llegó a excavarlo. Entonces se conservaba casi entero y pudo documentar parte de la coraza de piedras que lo recubría. En la actualidad el mar ha devorado casi la mitad del túmulo y puede apreciarse, en el perfil norte de la isla, un corte casi perfecto de su estructura. Presenta una cámara funeraria alargada, casi rectangular, de 2,60 m de largo por 1,50 m de alto y un ancho desconocido, ya que más de la mitad sigue sepultada bajo la tierra. Está formada por tres losas de granito en su lado visible y una cuarta a la derecha, que hace de cabecera. Se ve también una quinta losa a la izquierda, seguramente la que sirvió para cerrar el monumento puesto que se sitúa al SE, el punto donde suele estar la puerta de este tipo de tumbas.

Conserva también la cubierta, aparentemente caída en el interior del dolmen y rota al menos en dos trozos por culpa del peso de la arena de la duna que tiene encima. A la derecha de este dolmen se puede ver una sección de la mámoa que lo rodea, hecha con tierra negra y recubierta de una coraza de piedras de granito. No parece ser mayor de 10 m de diámetro, por 1,20 m de alto, por lo que las losas de la cámara aflorarían por fuera de ella en altura. En septiembre de 2011 el Servicio Provincial de Costas de Pontevedra del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente construyó un muro de contención para proteger el monumento de la acción del mar.

Mámoa 5

Al menos desde 2005 dos losas de granito apoyadas una en la otra en ángulo recto afloraban en la playa oeste, casi en el istmo que une las dos partes que forman el islote. En 2011 habían desaparecido más de 40 cm de arena y podía apreciarse la estructura de la mámoa en la zona intermareal. En 2013 la acción del mar había destruido por completo el monumento. Se trataba de un túmulo de unos 9 m de diámetro, recubierto de una coraza de piedras de granito de las que sólo conservábamos el anillo exterior. En su centro se situaba una cámara megalítica de la que no conocemos la forma completa, compuesta por lo menos por seis losas también de granito, de las que sólo dos permanecían en su posición original. Una de estas últimas era la más alta y alcanzaba 1,72 m.

Vídeo: “Unha viaxe á Illa dos Mortos” : O Illote de Guidoiro Areoso é un sitios arqueolóxicos máis fascinantes de Galicia. Unha auténtica necrópole prehistórica no medio do mar.


 Fonte: Wikipedia

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