La poción mágica de los terribles Galegos… Muerte a los Romanos!!!

Pertenecemos a la tierra del agua por excelencia; de caldas y termas, de los mil ríos, de las lluvias forjadoras de arte y, ante todo; somos hijos del Gran Azul Atlántico.

Por gustarnos nos gusta del agua todo, hasta de aquella conocida popularmente como “ardiente”. Somos los creadores por fama merecida y con la única denominación de origen en España, del Orujo; que no deja de ser lo que de toda la vida y en nuestras casas llamamos desde siempre Aguardiente.

Pero esta tradición nos viene de atrás, de muy atrás…tendríamos que remontarnos a los tiempos en el que el Imperio Romano, luchaba por vencer a esos terribles pobladores de la Gallaecia.

El escritor y periodista Jorge Víctor Sueiro en su libro “Galicia: aguardientes, licores, queimadas” hacía la siguiente reseña sobre un hallazgo de una de inscripción céltica:

En 1929 el profesor Shoneng encontró en Pena Corneira, cerca de Ourense, una piedra con unas inscripciones que tras arduo trabajo logró descifrar como un mensaje que decía: “Hay mucha hambre en la tribu; los romanos se lo llevan todo: el ganado, el grano, el vino… Corcio, el pescador de culebras (lampreas) sacó de los palos una especie de vino blanco muy fuerte y lo vertió en una olla que estaba cerca del fuego, y éste pasó a la olla… quiso apagarlo con miel… y siguió ardiendo… lo probó… ahora lo tomamos todos y ya nunca más sentimos frío… ¡Muerte a los romanos!”

Sin embargo, según afirmó en 1972 el catedrático de prehistoria de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Alonso del Real esto sería imposible, ya que la destilación del aguardiente en Galicia no puede ser anterior a la introducción del alambique (de origen árabe) a partir de los siglos XII o XIII, ya en la Edad Media. Asimismo, siempre según Alonso del Real, el azúcar de caña, uno de sus ingredientes fundamentales, también lo introdujeron los árabes en la península ibérica (la difusión de su equivalente de remolacha es muy posterior, correspondiendo a las Guerras Napoleónicas). Esto le llevó a atribuirle orígenes medievales a la bebida.

Otras referencias históricas apuntan que en el siglo XVII;  Holanda ya mostraba un gran interés por estos licores producidos en Galicia.

En el año 1989 se publica el Reglamento de la CEE 1576/89, en el que se establecen las normas generales relativas a la definición, designación y presentación de las bebidas espirituosas. Este Reglamento incluye a Galicia como el único territorio del Estado Español con derecho a denominación geográfica, en la misma categoría que los marcs franceses, las grappas italianas, las bagaçeiras portuguesas y los tsipouros griegos.

Conociéndolos más a fondo:

El Orujo o Aguardiente;  bebida espirituosa obtenida mediante la fermentación y destilación de orujos partiendo de uvas producidas en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Galicia. Pudiendo ser comercializado en el mismo año de su producción, o posteriormente tras un período de reposo, o igualmente después de ser sometido a un proceso de envejecimiento.

Aguardiente de Hierbas de Galicia; bebida espirituosa tradicional manufacturada en Galicia, preparada a partir de aguardiente amparado por la indicación geográfica Orujo de Galicia. El contenido en azúcar deberá ser menor a 100 gramos por litro. En cuanto al uso de las hierbas tendrán que utilizarse en la elaboración un mínimo de tres especies de plantas; autorizándose el uso de cualquiera que sea apta para uso alimentario; entre las más tradicionales se citan la manzanilla, el romero, orégano, azahar, tomillo, cilantro, hinojo, regaliz, menta, Hierba Luísa, la canela y la nuez moscada.

El Licor de Hierbas de Galicia; bebida espirituosa producida en Galicia partiendo del aguardiente amparado por la indicación geográfica Orujo de Galicia y alcohol etílico de origen agrícola. El contenido en azúcar deberá ser menor a 100 gramos por litro. En cuanto al uso de las hierbas tendrán que utilizarse en la elaboración un mínimo de tres especies de plantas; autorizándose el uso de cualquiera que sea apta para uso alimentario; entre las más tradicionales se citan la manzanilla, el romero, orégano, azahar, tomillo, cilantro, hinojo, regaliz, menta, Hierba Luísa, la canela y la nuez moscada.

Licor Café de Galicia; bebida espirituosa producida  en Galicia a partir de aguardiente amparado por la indicación geográfica Orujo de Galicia y alcohol etílico de origen agrícola. El proceso de realiza macerando café de tostadura natural en el alcohol y destilación del orujo en presencia de café de tostadura natural. El contenido en azúcar deberá ser menor a 100 gramos por litro.

La otra bebida que todos conocemos derivada del aguardiente es la famosa Queimada, cuyos principales ingredientes son el aguardiente y el azúcar, a los que generalmente se les añade: corteza de limón o naranja. Pese al rechazo de los puristas, dependiendo de la costumbre local y de forma independiente, hay quien le añade unos pocos granos de café sin moler, trozos de manzana, uvas o algún otro ingrediente.

Cómo elaborar la Queimada

En un recipiente de barro cocido (a poder ser, en el pote tradicional) se vierte el aguardiente y el azúcar en la proporción de unos 120 gramos de éste por litro de aquella, ralladura de limón, o naranja y se remueve. En un recipiente más pequeño (generalmente el cucharón con el que se remueve) se coge aparte una pequeña cantidad de queimada, sin otros posibles ingredientes (sólo el aguardiente y el azúcar disuelto), se mojan los bordes del cucharón con la bebida y se le prende fuego. Cuando esté ardiendo se mete el cucharón en el recipiente grande hasta que el fuego se extienda por toda la superficie. A continuación se revuelve lentamente dejando que suban las llamas del alcohol y creando cascadas con ellas.

A continuación se pone en el cucharón solo azúcar y se coloca sobre la queimada hasta que este se derrite convirtiéndose en caramelo, que se vierte sobre las llamas y se remueve.

Se revuelve hasta que consumido el alcohol la queimada se apague por sí sola, o sólo queden los bordes ardiendo, que no se apagaran.

Cuando empieza a apagarse, pero mientras el aguardiente aún arde, se recita el conxuro.

Se sirve la queimada caliente, cuando se haya apagado casi por completo, incluyendo también los granos de café, cáscara de limón, trozos de manzana y naranja y se bebe. En ocasiones hay que soplar para apagar alguna de las llamas que llegan al vaso, para no quemarse.

El licor que sirve para todo…

Es lo que se denomina coloquialmente como aguardentoterapia, muy extendida en la tradición popular galega. Se usó y se sigue utilizando a nivel “casero” para dolores de muelas, para aliviar y curar llagas y aftas de la boca, para determinados dolores de cabeza, para resfriados, en friegas contra las torceduras o el reuma, para dolores de estómago y de vientre…

En uso veterinario se usaban en las ubres de la vaca cuando no daban leche, practicándole friegas.

Para finalizar sumergiéndonos en nuestras raíces rematamos este breve artículo con la primera estrofa del conxuro da queimada:

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;

demos, trasnos e diaños;

espíritos das neboadas veigas,

corvos, pintegas e meigas;

rabo ergueito de gato negro

e todos os feitizos das menciñeiras…

 

Y añadimos;  como hijos del Atlántico que somos, después de  “empaparnos” de nuestra  poción mágica: ¡Muerte a los romanos!”

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