La Ribeira Sacra , delicia y recogimiento en el Sil

Es una zona fascinante de la Galicia interior, que sin lugar a dudas es un área turística de primer nivel.

En la actualidad, ya es un destino elegido  por quienes desean gozar de un paisaje en estado puro. “La estrella” y “socio” constante de este trayecto es el río Sil, un caudaloso y largo río de 225 km de recorrido, que nace en la provincia de León y que converge con el Miño algo más abajo del embalse de Os Peares.

El Sil ya  interesó en su momento a los romanos que buscaron pepitas de oro en su cauce, cosa que lograron sobradamente.  En su último trecho, aproximadamente unos 50 kilómetros antes de confluir con el Miño, esculpe un espectacular paisaje conocido como el Cañón del Sil.

La Ribeira Sacra es una especie de Mancomunidad a la que pertenecen los ayuntamientos ourensanos de Castro Caldelas,  Esgos,  Nogueira de Ramuín,  Montederramo, Parada do Sil,  Pereiro de Aguiar,  A Teixeira, Xunqueira de Espadañedo,  además de los lucenses Pantón,  Sober y Quiroga.

A partir del siglo VI se reúnen en esta zona  anacoretas y ermitaños que se retiraban a meditar y orar, entregándose al sacrificio. Esta situación llevó a que surgieran la fundación de varios monasterios a lo largo del S.X, imprimiendo a esta zona una peculiar vida religiosa y social.

É a partir da Idade Media cando lla empeza a denominar como Ribeira Sacrata, coa súa propia e particular forma de vida, lugar elixido para a oración e vidas ermitás.

A Ribeira Sacra é ademais terra de moi bos caldos vinícolas.  O Amandi, era xa moi apreciado polos romanos. As viñas podémolas contemplar na súa extensión polas ladeiras das montañas, a modo de terrazas. De forma similar a como ocorre nas marxes do río Douro.

De feito, os adegueiros do Porto, din que as terrazas dos seus viñedos foron feitas por galegos, e desde logo visitar os viñedos da Ribeira Sacra constata este feito.

Es a partir de la Edad Media cuando se la empieza a denominar como Ribeira Sacrata, con su propia y particular forma de vida, lugar elegido para la oración y vidas ermitañas.

La Ribeira Sacra es además tierra de muy buenos caldos vinícolas.  El Amandi, era ya muy apreciado por los romanos. Las viñas las podemos contemplar en su extensión por las laderas de las montañas, a modo de terrazas. De forma similar a como ocurre en los márgenes del río Douro, nombre del río Duero en galego y portugués.

De hecho, los bodegueros de Oporto, dicen que las terrazas de sus viñedos fueron hechas por gallegos, y desde luego visitar los viñedos de la Ribeira Sacra constata este hecho.

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