A medio camino hacia el punto más occidental del occidente peninsular (valga la redundancia), se encuentran las Islas Sisargas, enclavadas entre puntas como Cabo Villano o Mongudo, situadas en la zona del municipio de Malpica de Bergantiños en la llamada “Costa da Morte ”, y enfrente del Cabo de San Adrián o Hadrián. Este cabo precisamente es un lugar privilegiado para la observación de aves migratorias durante los meses de septiembre y octubre.
El archipiélago de las Islas Sisargas está conformado por varias islas e islotes de menor entidad; así tenemos, La Isla Grande, La Isla Malante y La Isla Chica entre las mayores, y Xoceiro y Chalreu entre las pequeñas.
Están muy castigadas por los vientos, por ese motivo, tienen poca masa arbórea, contando con pinos de reforestaciones y alguna que otra higuera, pero sobre todo, su importancia radica en ser zona de anidamientos y lugar de paso de aves marinas; entre ellas gaviotas sombrías y gaviotas tridáctilas, algunas de las aves que allí buscan refugio están en peligro de extinción y otras forman las mayores colonias de España y están entre las más importantes de Europa.
La Sisarga Grande al igual que las otras es muy escarpada, sobre todo en su orientación norte, con grandes acantilados (con una altitud máxima de 102 metros), y es precisamente en esta isla donde se encuentra el Faro de San Hadrián, construido en 1853, en el lado sur también hay una playa y un pequeño muelle. Además podremos ver los restos de una capilla destruida en la antigüedad por la flota normanda.
Y si hablamos de capillas de la zona, debemos hacerlo de la de San Hadrián, de principios del siglo XX sustituyendo a la anterior del siglo XVII. En este lugar se celebra una romería (La de San Hadrián do Mar) todos los 16 de junio que caigan en domingo, en caso de no ser así, se celebra el domingo siguiente. Esta romería tiene gran tradición en la comarca y data del siglo XV.
Llevan al santo a hombros por la orilla del mar desde la iglesia parroquial hasta su capilla en Cabo Hadrián.
La leyenda sobre la que está basada esta fiesta, es que San Hadrían puso fin a una plaga de serpientes, cuando pisó una de ellas y se convirtió en piedra en la orilla del mar; de ahí viene que se diga que en las Islas Sisargas no existen reptiles.
Desde este cabo de San Hadrián hay unas excelentes vistas sobre las propias Islas Sisargas y sobre la localidad de Malpica.
Y ya que estamos en la zona, no está de más visitar el Faro de Nariga, un faro moderno de 1998, construido según el diseño del famoso arquitecto pontevedrés César Portela.
