Un discípulo de Santiago, un caudillo de Alfonso El Magno y la Iglesia más antigua de Galicia: Santa Comba.

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Si nos dejamos llevar por el título de este artículo, casi podríamos creer, un poco irreverentemente, que se tratara de la cabecera de un capítulo de la conocidísima serie televisiva “La que se avecina”.

Evidentemente no es el caso, pero si que se conjugan varias historias. Por un lado tenemos a un hombre Santo que es Torcuato, por otro lado a un guerrero, Oduario un caudillo de Alfonso El Magno; y como nexo de unión la Iglesia más antigua de Galicia Santa Comba.

Lo primero nos situamos en el lugar, y  tenemos que decir que la  iglesia de Santa Comba, Santa Columba o San Torcuato de Bande es un monumento repetidamente citado y ensalzado por numerosos arqueólogos españoles contemporáneos. Su historia arranca de la de la localidad, mansión militar, mansión de hospedaje,  y balneario romanos. (Aquis Querquennis). Al final del artículo nos extendemos más sobre ella.

Continuamos explicando la importancia del santo.

Según la tradición hispánica, que recogen los calendarios mozárabes, siete discípulos del Apóstol Santiago (los nombres de los santos, sin ánimo de ser irrespetuosos, son como aquellos de la lista de los Reyes Godos…cada cual más original): Torcuato en Acci (Guadix), Indalecio en Urci (Almería), Segundo en Abula (Abla), Tesifonte en Bergi (Berja), Cecilio en Iliberri (Elvira-Granada), Eufrasio en Iliturgi (Andújar) y, finalmente, Hesichio en Carteia (Cazorla), fueron enviados por San Pedro y San Pablo a evangelizar España.

El caso es que por motivo de las invasiones musulmanas que asolaban por entonces el sur y el levante de la península, para su protección, decidieron traer los restos de San Torcuato a Galicia, en concreto a Ourense, a Santa Comba de Baños, de Bande. Comentar ya que hablamos de estos traslados, que su “compañero” de evangelización  San Eufrasio, descansa eternamente en Santa María de Mao, en la diócesis de Lugo. Es decir, que de estos siete varones apostólicos, dos de ellos reposan en Galicia.

Pero los restos de San Torcuato sufrieron a lo largo de la historia una andadura más ajetreada.  En el siglo X fueron trasladados a Celanova por el fundador del monasterio San Rosendo de Dumio. En el siglo XVI las reliquias fueron repartidas entre Ourense, Guadix, Compostela, el Monasterio de El Escorial, el colegio de  los Jesuitas de Guadix y también Granada. En Ourense, en Celanova, reposan junto al cuerpo de San Rudesindo (San Rosendo).

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En esa etapa, antes de comenzar los traslados desde Santa Comba, se produjo un peculiar pleito entre dos miembros de la Iglesia de la época:

Oduario, el gran caudillo de Alfonso el Magno(1), al repoblar las tierras del rio  Limia, dio Santa Comba a su primo Odonio, diácono. Poco después la iglesia se convertía en núcleo de un monasterio dúplice, que adquirió gran veneración por haberse depositado en ella el cuerpo de San Torcuato, Obispo de Acci (Guadix).

Odonio tuvo un hijo, de nombre Bernardo, que, a principios del siglo X, era paje del Obispo de Santiago, Gundesindo. Habiendo heredado de su padre el monasterio e Iglesia de Santa Comba, y estas posesiones eran ambicionadas por el prelado de Compostela.

En estas estamos, cuando Bernardo cae enfermo, y en contra de su voluntad, el obispo se hace con la escritura de posesión  a la fuerza, estableciéndose allí una comunidad de canónigos y monjes.

Pero Bernardo con el tiempo mejoró y sanó, y quiso entonces recobrar sus posesiones, elevando su protesta al Concilio del Rey Don Ordoño, en el año 922 en la ciudad de Lugo. En su defensa contaba con el abogado D. Gutier Menéndez, que argumentó que lo que le había ocurrido a Bernardo había sido un despojo; y fue así como el Concilio dio orden de que el obispo compostelano tenía que abandonar Santa Comba con toda su comunidad, restituyendo la posesión a Bernardo.

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Acerca de la Iglesia de Santa Comba de Baños, de Bande:

Existen cerca de esta iglesia yacimientos romanos, que se creen que pueden estar remotamente relacionados con esta construcción.

Diversos investigadores la han estudiado sin llegar a ponerse de acuerdo, tanto a la hora de determinar su estructura originaria, como en las fases de construcción.

Es muy posible que anterior a esta basílica se levantara anteriormente un templo Paleocristiano; esta teoría se basa en los indicios de los restos marmóreos de la edificación que podemos visitar actualmente.

La edificación sería de la época visigótica y sufrirá remodelaciones importantes en la época mozarabe, cuenta además con los añadidos estructurales y pictóricos detalles en el siglo XVI.

A destacar también en el interior elementos tales como:

-Un Miliario romano con la milla LI de la Via Nova y un Ara dedicada a Júpiter por Quinto Maenio Asiático; además de los restos de un relieve romano Bifronte, labrado magistralmente en granito de esa zona.

-La Taula o mesa de altar paleocristiana de mármol, las dos columnas que soportan el arco de herradura que se abre al prebisterio y el sarcófago (también de mármol), que se conoce como la tumba de San Torcuato, que se cree que fue traído desde Italia y sin labrar, y que seguramente es el lugar de enterramiento de un personake importante de la época, y posiblemente muy relacionado con la fundación inicial de la Basílica. Todos estos elementos están datados en la misma época.

– La Estela Funeraria romana en granito, de una mujer, un poco escondida en el terreno, en una de las paredes laterales de la fachada.

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(1)Alfonso III apodado el Magno, nacido en el 848 y fallecido en Zamora el 20 de diciembre de 910, fue un noble medieval, hijo del rey Ordoño I. Reinó entre los años 866 y 910 siendo el último rey de la Galicia altomedieval (Regi Gallaeciarum)

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