Nuestras costas, y sobre todo, la famosa “Costa da Morte”, es temida en todo el mundo por su dureza, es la cara implacable y severa de la costa gallega, con fuertes vientos, acantilados inclementes y con grandes arrecifes y roquedales.
Lo cierto es que a pesar de su crudeza, la Naturaleza en este punto ofrece una estampa espectacular, pero también impresiona, y es cruel,. Todos tenemos recuerdos “negros” en nuestra memoria de esta costa con naufragios importantes, pero como es lógico, antiguamente era mucho peor, porque claro no había guardacostas, ni helicópteros que acudieran al rescate.
Es así como en la costa da morte todos los naufragios son tristes, pero hay alguno que otro que se queda especialmente marcado en la memoria de sus pueblos.
Tal es el caso del barco del la Marina Británica “Serpent”, que en febrero de 1893 surcaba aguas gallegas en una jornada con condiciones marítimas pésimas, con temporal, fortísimo vientos y guiándose por la luz de Cabo Vilán. La noche es tremendamente oscura, y van recorriendo una costa llena de arrecifes de rocas sin encontrar refugio en ningún lado.
El temporal sigue, y finalmente el barco quiebra, intentan salvarse en los botes salvavidas pero no les da tiempo…Al final murieron ciento setenta y dos personas, sólo se salvaron tres personas, y los gallegos desde la costa intentaron recuperar todos los cadáveres que pudieron recoger.
Los cuerpos fueron enterrados en la zona, en un pequeño recinto conocido como “El cementerio de los ingleses”.
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