Prisciliano ¿Santo Apóstol o Santo sin más?

Si hay una figura histórica fascinante en la historia de Galicia., una figura que además tuvo una gran influencia en los gallegos y con gran transcendencia, esta es ni más ni menos que Prisciliano, llegándose a pensar incluso, que en realidad es él el que ocupa el sepulcro del Apóstol Santiago.

No se sabe si su  origen es realmente gallego, ibero o lusitano, pero es lo menos importante, lo que si está claro es que su gran arraigo e influencia en Galicia que perduró durante siglos. A Prisciliano lo situamos en una fecha que data alrededor del 350. Fue nombrado obispo, y predicaba el ascetismo, pretendía regenerar la Iglesia, de alguna manera apoyaba el papel de la mujer en la religión, pensando que era igual que el hombre.

Este tipo de ideas y “el magnetismo” e influencia que causaba en la gente y en muchos círculos de la Iglesia le granjearon enemigos, hasta tal punto que lograron que el emperador Graciano lo expulsa de sus tierras e Iglesia.

Él decidió dirigirse a Roma para hablar con el Papa  que le negó la audiencia, hizo más intentos de hablar con hombres importantes de la Iglesia de la época como san Ambrosio, pero sus enemigos se le adelantaron y tampoco lo consiguió.

Finalmente sus enemigos políticos le denuncian ante el emperador Máximo, y como resultado Prisciliano es acusado de inmoral en la ciudad de Treveas y condenado a decapitación en el año 385.

Esta muerte “duele” especialmente en Galicia. Su cuerpo es trasladado a nuestra tierra, se le considera un hombre santo, y es quizá enterrado en Compostela.

La Iglesia sigue su campaña contra Prisciliano, siendo condenado en los dos Concilios de Braga. Precisamente este empeño de la Iglesia en borrar la imagen de Prisciliano, es lo que hace pensar, que una vez más habían hecho suyo algo que no podían desarraigar del pueblo y quizá entonces lo más fácil fuera, convertir la figura de Prisciliano en Santiago, sustituyendo el traslado de Prisciliano a Galicia y posterior enterramiento por la figura del Apóstol Santiago, ya que en realidad la leyenda de la llegada de Santiago y la llegada de Prisciliano se parece bastante.
Si analizamos los hechos históricos, la lógica y el sentido común, desde luego, nos podrían hacer pensar que la figura que se encuentra en Compostela pudiera ser en realidad Prisciliano.

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